la mujer duerme
en el pasto fresco
salvaje naturaleza
plantas en veneno
alucinante alimento...
y yo,
recorro los campos cocechando nostalgias
atravesando la helada quemando en soledad.
eléctrica marihuana...
la dulce mujer
con los ojos apagados
sueña con este instante...
y la noche es una foto azul
en el albun de mañana...
lloviznan agujas de agua
en mi territorio salvaje,
todo dolor es canción
poesía que corta el aire
frutos de mi tierra me alimentan
animales de ojos guachos me cuidan
la luna en llanto me guia esta noche...
regresando donde la mujer despierta.
la escucho con todo mi cuerpo
apenas comienza a estallar...
aguardiente, desnudez, tabaco,
silencio sagrado entre luces de vela
ella concerva en su piel la fragancia
del hipnótico licor de jengibre...
esta noche queda suspendida en el aire
esta noche queda grabada en piedras del tiempo...
mañana seremos sombras angustiadas
dopadas de rutinas
por las avenidas sociales...
parte del cemento, presas de la red...
pero...
ese fino cable
que conecta fibras de memoria
con pabellones del corazón
enviara señales precisas
apenas estalle otro porro
rociado en licor de sexo
abriendo pesadas tranqueras
siguiendo la huella que lleva
al vasto terreno salvaje
donde la mujer espera
sirviendo café y chocolate
desnuda de toda histeria...
